miércoles, 30 de noviembre de 2011

Ensayo - Novela 1984

 La sociedad en 1984.



Por Fernando López Bassano



Este ensayo tiene como propósito analizar el rol que asume la sociedad en la obra 1984 de George Orwell. Desde un punto de vista subjetivo se darán a conocer varias características de la psicología social, finalizando con una valoración personal sobre la obra; el objetivo es encontrar puntos de contacto entre la sociedad de la obra y la sociedad real.

El contexto en el que se halla la obra está caracterizado por una constante y absoluta manipulación política, casi podría decirse similar a un movimiento religioso enfermizo, en el que la sociedad está regida por leyes absurdas y sin sentido, viéndose las personas incapaces de reaccionar ante la tendencia conductista del gobierno, o “Partido” capaz de dominar a las masas, con tanta naturalidad como si se tratara de un rebaño. Puede tomarse como ejemplo la semana del odio, festival cuyo grado extremo de organización denota la influencia del Gran hermano sobre la multitud.

“GRAN HERMANO TE ESTÁ MIRANDO."



El dominio, el imperio y el influjo que posee este líder cuyo control sobre la sociedad es total e indiscutible, llegan a tales instancias que puede ser considerado fanatismo. La preponderante devoción de seguir al líder es sostenida por un determinado grupo de personas, caracterizado por la propensión que crea la inocencia, o tal vez la ingenuidad. Dicho grupo está conformado, en su mayoría, por niños. La confianza que se les ha inculcado no conoce precedentes, pues desde su nacimiento se han visto inmersos en la inercia que mueve a la sociedad en el incondicional delirio fanático. El segundo grupo que puede ser incluido en esta popular exacerbación es el conformado por los ancianos, aquellos que han de ser olvidados, tal vez por su falta de convicción, por su resignación a creer todo lo que se les diga.

"El método empírico de pensamiento, sobre el cual se fundaron todos los logros científicos del pasado, está opuesto a los más fundamentales principios del Ingsoc."

El carácter representativo del Gran Hermano, la transmisión de su superioridad, se ve reflejada en la aparición del característico rostro en monedas, carteles, en las telepantallas, incluso en los vasos. En este movimiento predomina la devoción y dilección hacia un líder que oculta su faz tras un velo de falsas promesas, de hipocresía crecentada por la certidumbre que se posee respecto a las conjeturas, que inexorablemente serán incumplidas. Estas características podrían compararse con cierto movimiento, que toma como base y objetivo el ascenso al poder de un gobierno autoritario, totalitario y despótico, utilizando otras apariencias. El metafórico velo de mentiras no se cierne solo a aquellos que lideran, sino también oculta el rostro de los miembros del Partido Interior y de aquellos que trabajan afanosamente en incrementar la credibilidad mediante un efectivísimo proceso de falsificaciones.

Tal vez uno de los más sólidos pilares que posee el liderazgo del Gran Hermano, aquella que le permite reprimir, cohibir y atenazar las voluntades de la sociedad es la ideología moralista de completo decoro y absolutismo dogmático que perpetra, similar a un juego de ajedrez, cuyo neurótico reglamento ciega la razón de los peones, coartando cualquier reacción de insurrección o rebeldía.

“- ¿Existe el Gran Hermano?" - Winston

-"Claro que existe. El Partido existe. El Gran Hermano es la encarnación del partido. - O'Brien

-¿Existe en el mismo sentido en que yo existo? – Winston

-Tú no existes. - O'Brien”



Los prejuicios y estereotipos juegan un papel muy importante en la obra, teniendo en cuenta el repudio que existe hacia los proles, aquel pueblo renegado, considerado por Marx la base del sistema capitalista, poseedores de la fuerza social, que solo por el hecho de ser mayoría, poseen la única esperanza existente para la sociedad. En cierto punto, se da a conocer el lado existencialista de la obra, en la que Winston considera la posibilidad de no saber nada, de que su vida y su existencia no son más que una ilusión, incluso llega a dudar de la existencia y la superioridad del Gran Hermano.



"-¿Cuantos dedos ves aquí Winston? - O'Brien

- Cuatro – Winston

- ¿Y si el partido te dijese que son cinco? - O'Brien”

Es interesante, casi agradable reflexionar en hasta qué punto llega la incertidumbre de la sociedad, de no conocer en realidad qué es cierto y qué no, en la ingenuidad que no les permite darse cuenta de que su libertad y responsabilidad individual están siendo truncadas, similar a la inocencia de un niño que no conoce más que el bien. Se puede apreciar en esta cita, la inexorable manipulación y el poderío que posee el Gran hermano, sobre las creencias y las opiniones de la sociedad, la capacidad de maniobrar los piolines de la sociedad, privándola de pensamiento y de cualquier capacidad de reaccionar, de desasirse de la mano maestra que los mueve.

“Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado.”

La objetividad que se intenta obtener al falsificar el pasado y el presente no tiene mesura. Pongamos como ejemplo que Oceanía en realidad no ganó ninguna de las guerras en las que ha luchado, si es que en realidad existieron tales guerras. Solo sería necesario consultar cualquier documento que afirmara lo contrario para convencerse de que en realidad es cierto.

El planteamiento que se realiza en la obra es de un futuro totalmente distópico, centrado en una constante paranoia, completamente fundamentada, causada por la dictadura totalitaria perpetrada por los gobernantes, por aquellos que se afanan en apartar la verdad de la comprensión de la sociedad. Un mundo en el que nada es lo que parece. La manipulación de la realidad, el doblepensar, son inevitables en este futuro distante, por lo que los personajes toman una actitud determinista, sin intenciones de cambiar la enajenación a la que están siendo expuestos.



“La ignorancia es la fuerza.”

Solo aquel que conoce puede gobernar, por lo tanto no es necesario más que sembrar ignorancia en las personas para convertirlas en manipulables, para doblegar sus voluntades haciéndolas incapaces de poseer pensamiento propio. Podemos tomar como ejemplo del incremento de la ignorancia y el analfabetismo, casi podría decirse inopia, a la neolengua, el nuevo lenguaje que crece solo con el fin de reprimir y aminorar la utilización de palabras, ciñendo el vocabulario solo a nimios conceptos únicamente utilizables en triviales expresiones, tal vez en conversaciones, carentes de pensamiento. Con esto se intentaba erradicar cualquier tipo de pensamiento herético o divergente de los principios del Ingsoc.

“La guerra es la paz.”

Una de las maneras en las que el grupo dirigente mantiene el férreo control sobre la sociedad es la forma en que se juega con la incertidumbre e inseguridad del pueblo con respecto a la guerra. ¿Existe en realidad tal guerra? En caso afirmativo, ¿Quién la está ganando? Eso no importa, lo único que importa es que la gente crea que tal guerra existe, y que los peligros que conlleva son constantes. De esta manera se los puede convencer de que el Estado totalitario que consuma el Gran Hermano los protege de tales riesgos. De este modo, la guerra se da entre los dirigentes y sus propios seguidores.

“La libertad es la esclavitud.”

Todo individuo forma parte de un colectivismo social, por lo que cualquier tipo de evolución ha de ser colectiva. Nadie puede evolucionar individualmente, puesto que esto supone un signo de lucha interna contra el Partido. Aquellos que lo intentan, como Winston y Julia, son detenidos para su “reciclaje” en el cual las ideas consideradas erróneas o insurrectas son corregidas y reimplantadas en la mente del individuo mediante métodos disidentes y heterodoxos, mas efectivos, tomando como ejemplo a Winston. El concepto de individuo radica en la posibilidad de pensar por cuenta propia, pero la libertad del individuo termina cuando el Gran Hermano comienza a infundir su manera de pensar en la sociedad. En ese momento, cada uno comienza a ser esclavo del Gran Hermano.

La obra presenta una sardónica parodia, casi podría decirse una sátira del capitalismo. El Gran Hermano posee como propósito conseguir una igualdad social en la cual la sociedad dejara de existir, debido a que todos se encuentran en un mismo nivel jerárquico. Es como un atleta que compite sabiendo que los demás corredores van a llegar al mismo tiempo que él, en tal caso, la competencia desaparece. Esta manera en la que se piensa al capitalismo se manifiesta en El Capital, de Carl Marx, que intenta comprender cómo funciona la sociedad moderna poseyendo como base las dominaciones entre las clases, de un lado los proletarios y de otra los burgueses, tal como se puede apreciar en la obra 1984.

“Tengo mujer y tres hijos. El mayor de ellos no tiene todavía seis años. Podéis coger a los cuatro y cortarles el cuerpo delante de mí y yo lo contemplaré sin rechistar. Pero no me llevéis a la habitación 101." - Prisionero del Partido.

Realizando una comparación entre la sociedad planteada en la obra y la sociedad real, podemos encontrar ciertos puntos en contacto con ciertos países. Podemos tomar como intertexto a la sociedad cubana, puesto que en ambas sociedades se puede apreciar un manejo de la información por parte del gobierno, donde la misma es correspondientemente alterada a conveniencia del Partido. La adoración y el sometimiento de las voluntades también es algo que aparece en ambas sociedades, el líder debe ser considerado inequívoco debido a su superioridad y a su capacidad someter a quien piense distinto. Por último, en ninguna de las dos sociedades es posible establecer un intercambio cultural con las demás partes del mundo. La diferencia está en que en el libro, cada región está aislada de la otra, en cambio, en el caso de Cuba, el resto de los países si mantienen contacto entre sí.

1984, de George Orwell, presenta un futuro simplista, ineficiente, y por demás distópico, en el cual impera la tendencia de no pensar, de no expresarse. Una sociedad en la que cualquier cavilación o especulación en contra del Gran Hermano concluye en la muerte, o en algo mucho peor. El doblegamiento de las voluntades de la sociedades da a tal punto que muchas veces es preferible la muerte antes que cualquier castigo impuesto por el Partido. Desde un punto de vista subjetivo, la obra está redactada con un magistral ingenio rebosante de formidable detallismo que convierten a 1984 de George Orwell una de las novelas de ciencia ficción más importantes del siglo XIX.

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