domingo, 25 de agosto de 2013


Ensayo escrito por Carolina Martínez 


¿Cómo puede avergonzarte alguien tan especial?

“La peor discapacidad es la de no darse cuenta que somos iguales.” – Proverbio.


La discriminación es hacer distinción en el trato hacia una persona por motivos arbitrarios como el origen racial, el sexo, el nivel socioeconómico, etc. Pero usualmente también se discrimina a una persona por discapacidad, sin entender que más allá de algún problema psicológico, motriz o genético, ellos son como cualquier persona, aunque con capacidades diferentes.
Esta es una gran preocupación para aquellos padres de hijos con discapacidad. Estos temen que sean lastimados, por ello los esconden de la sociedad.
Este problema se refleja en “Pobrechico”, en el cual los padres de un niño  tratan de ocultarlo encerrándolo en su habitación, obviamente por miedo al rechazo. Muchas veces, los padres no pueden darse cuenta de que sus hijos son más fuertes de lo que ellos piensan. En este caso, el hermano mayor del niño es quien, con sus acciones (entra a la habitación de su hermano y sale al patio a jugar con él) libera a su hermano de la opresión que le estaban imponiendo sus padres y le demuestra a toda su familia que el pequeño era igual a todos ellos, solo que con capacidades diferentes.

“La discapacidad no los limita, no lo hagas tú" (Proverbio

Este miedo de que sus hijos sean rechazados también puede verse en “La Jaula”, en el cual, cuando una pareja tiene un hijo (con discapacidad, al igual que ellos) tratan de esconderlo en una “Jaula” para que nadie lo vea y no lo lastimen. 
Investigando descubrí que los padres no solo tienen miedo a que sus hijos sean rechazados, sino que también tienen miedo a no estar haciendo lo suficiente por ellos, de estar descuidando a sus otros hijos, tienen miedo al diagnóstico, a no ver un progreso a pesar de muchas terapias, miedo ante un futuro desconocido…
Frecuentemente ante la discapacidad de un hijo, los padres se encuentran perdidos, no saben qué hacer, ni a dónde acudir. Lo que no saben es que sus miedos, en algunos casos, son transmitidos a sus demás hijos.
En el caso que los padres sean sobreprotectores, los hermanos de niños con discapacidad  comienzan a sentir celos, al ver que toda la atención es enfocada hacia su hermano/a y no hacia ellos.
Esto se ve en “Después del almuerzo”, en donde justamente después de almorzar, un niño, a pedido de sus padres, va a caminar por la ciudad de Buenos Aires con su hermano. Todo el tiempo está preocupado de lo que la gente pueda opinar, cuando suben al tren tiene miedo de que se burlen de él, cuando va caminando por la calle no soporta que su hermano camine lento porque las personas los miraban con “mala cara”, hasta que termina por abandonarlo en un banco en Plaza de Mayo, cuando se da cuenta de lo que había hecho vuelve por su hermano y lo lleva a su casa. Durante el recorrido, no deja de pensar en que lo había abandonado, siente culpa por ello y se da cuenta de lo importante que es su hermano para él.  Aquí pueden verse claramente los miedos que le transmitieron los padres a su hijo, quien se avergüenza  de que su hermano tenga capacidades diferentes y teme que la sociedad lo discrimine.
Por otra parte, en “Final del juego” tres primas juegan a los ornamentos y a las estatuas cerca de un tren, hasta que un día, un misterioso niño llamado Ariel les envía un papelito diciendo que las tres le gustaban mucho. A medida que transcurre la historia se ve la preferencia que tiene Ariel sobre Leticia, quien tiene una discapacidad motriz, por lo que obviamente las estatuas le eran más fáciles de hacer a ella que a sus primas. A partir de aquí las otras dos niñas comienzan a sentir celos, no solo por Ariel, sino porque sus madres “consentían” a Leticia por el hecho de tener una discapacidad. Un día, Ariel decide encontrarse con Leticia, quien no concurre al encuentro por vergüenza a que el niño se diera cuenta de su problema, por lo que decide que sus primas le den una carta. Al otro día,  cuando las niñas vuelven a jugar al tren, se dan cuenta de que Ariel ya no estaba mirándolas, por lo que se supone que la carta le comentaba sobre la discapacidad que sufría Leticia. El cuento está relatado desde la perspectiva de una niña pequeña quien no entiende que su prima, necesita más atención a causa de su discapacidad  y siente celos. Pero también muestra los problemas que se les presentan a alguien con una discapacidad para formar una pareja, o levantar su autoestima.

"Cuando se es sordo, es cierto que no se puede oír, pero todo lo demás se puede hacer, e incluso más." - Carlos Michaud.


 Los padres nunca deben olvidar que todos los hijos necesitan su espacio en la familia y tener en cuenta que la mayor parte de sus miedos y frustraciones son transmitidos hacia sus hijos.
  No es conveniente ser sobreprotector, sino confiar en las capacidades y las fortalezas que sus hijos tienen, que seguramente son más de las que ellos se imaginan y alentarlos a que cumplan sus sueños.
El que tengan una discapacidad no quiere decir que no puedan realizar actividades como los demás niños. Por ejemplo, muchos deportistas más allá de su incapacidad de realizar un deporte como las demás personas, siguen adelante y van en busca de sus metas.
Por otro lado, en “La casa cerrada” y en “La Jaula” toda una familia se esconde de la sociedad. “La casa cerrada” relata la historia de una familia, que nunca salía de su casa, por el hecho de que uno de los hijos sufriera una discapacidad, nadie en el barrio entendía porque se escondían.
En el caso de “La Jaula” mencionado anteriormente, dos personas con capacidades diferentes, forman pareja y tienen un hijo, que nace semejante a ellos Por esto toda la familia se esconde en una “jaula” para que la sociedad no los discrimine.
En ambos casos, la familia cree que todos los miembros deben esconderse para que a su hijo no lo lastimen.
En conclusión, los padres deberían dejar a un lado sus miedos y entender que aunque su hijo sufra una discapacidad, no significa que no pueda disfrutar de una vida como los demás niños, tal vez tengan capacidades diferentes,  pero eso no los limita a poder cumplir sus sueños.

“La felicidad depende más del  deseo interior de ser felices, que de las circunstancias externas.” – (Benjamín Franklin)

Deberían tener en cuenta también que sus miedos son transmitidos a sus demás hijos, y estos tienen el derecho de ser informados adecuadamente sobre la discapacidad de sus hermanos para poder entender que tienen necesidades especiales.
Todo pareciera girar en torno a una gran parte de la sociedad , la cual no parece preparada para interactuar con personas con discapacidad,  ya que por lo general, les llama la atención ver a una persona con discapacidad en una escuela, en un banco, en el trabajo, etc. Esto es un golpe duro para la autoestima de la persona.
Deberíamos comprender que el hecho de que una persona sufra una discapacidad, no la hace diferente en sus derechos, sino que son personas como todos nosotros.  



Bibliografía:






No hay comentarios:

Publicar un comentario